Para formar a una persona capaz de equilibrar la razón y articular jerarquías de las cosas que valen la pena; que se consolida, fortalece y determina por la voluntad y aspiración de ser mejor a partir de una actuación libre y responsable.

Para educar en la capacidad crítica, que permita configurar una percepción propia de la realidad, expresa opiniones y convicciones en un clima de pluralismo; de modo que posibilite una actuación informada y una comunicación verdadera, dado que con ella se construye la auténtica igualdad humana que trasciende la exclusión y la dominación. No se concibe el desarrollo humano sin la libertad de expresión.

Para afirmar desde el ethos individual la importancia de la cohesión social y toda forma positiva de comunicación que asegure el bien común; fortalecida en la convivencia diaria en la coincidencia de trabajo en un mismo proyecto, de ideales, retos y logros compartidos.

Por la necesidad de asumir el rol que nos corresponde, como estudiante, colaboradores, miembros de una comunidad; para poner en juego nuestra capacidad en el desempeño de tareas y todo aquello que se nos ha confiado en lo que hemos empeñado la palabra.

Como principio fundamental de la vida académica y profesional, de la investigación, la transferencia de conocimiento y la presentación de un servicio.

Para una convivencia y formación plena que reconoce el valor de la persona y del otro.

Hacia el espacio cotidiano de convivencia, de estudio y amistad; sin distingo de condición, religión, raza, ideología, nacionalidad y sexo.